Siete minas en España para extraer tierras raras y reducir la dependencia europea de otros países como China
La UE depende de países como China, que lidera la lista de territorios con mayores reservas de tierras raras, pero Europa quiere reforzar este sector y España forma parte de esa estrategia
Tu teléfono móvil, las baterías de los coches eléctricos o los auriculares que usas casi todos los días están hechos con tierras raras. A pesar de lo que pueda sugerir este nombre, no son ni tierras ni tan raras: en realidad se trata de 17 elementos químicos que se encuentran en diferentes partes del mundo. Ahora bien, no están presentes en la naturaleza por sí mismos, sino adheridos a minerales, lo que complica su extracción.
Estos materiales son importantes y valiosos porque son necesarios para hacer funcionar mucha de la tecnología que usamos a diario y también la que se emplea en industrias estratégicas, como la de defensa. Actualmente la UE depende de países como China, que lidera la lista de territorios con mayores reservas de tierras raras, pero Europa quiere reforzar este sector y España forma parte de esa estrategia, porque cuenta con minas en las que abundan estos elementos.
La UE financiará la apertura de varias minas por todo el continente, siete de ellas localizadas en España. Castilla-La Mancha, Galicia, Extremadura o Andalucía son algunos de los lugares que se han convertido en estratégicos. El objetivo es tener reservas suficientes de estos materiales para cubrir las necesidades de la industria europea durante, al menos, un año.
El problema es que la extracción de tierras raras no es sencilla: se trata de un proceso costoso, caro y contaminante. De ahí que la Comisión Europea haya priorizado y seleccionado aquellos proyectos que cumplen con los criterios medioambientales, sociales y de gobernanza que fija la Ley de Materias Primas Fundamentales.
Además de beneficiarse de la financiación europea, las explotaciones mineras requerirán menos trámites para la autorización de los proyectos. En vez de los hasta 10 años que se suele tardar en conseguir todos los permisos, este proceso no superará los 27 meses para las minas que vayan a extraer materiales.
Ahora todo queda en manos del Gobierno de España, que tendrá que negociar con las comunidades autónomas donde se encuentran estas minas para concretar y organizar cómo aprovechar las ayudas europeas.